El servicio de servidores y centros de datos de Amazon, más conocido como AWS o Amazon Web Services, ha sufrido un ataque DDoS (Ataque de denegación de servicio) en febrero de este año. El ataque, publicado ahora por la propia Amazon, supuso un pico de volumen de tráfico de nada más y nada menos que 2,3 Tbps, es decir, 2,3 Terabits por segundo, o lo que es lo mismo 2.300 Gb de datos cada segundo.
Se trata, según la compañía, del mayor ataque DDoS jamás registrado en la historia de la informática y, a pesar de ello, parece que el sistema de seguridad AWS Shield fue capaz de proteger a los servidores y sus clientes del ataque. Ya que ninguno de sus servicios se vio comprometido.
Los ataques DDoS, que ya han sufrido otras empresas internacionales, o incluso datacenters como ovh, se basan en lanzar multitud de peticiones y tráfico hacia un objetivo, generalmente basándose en enormes redes de bots o PCS y otros dispositivos infectados) para saturar los servidores e infraestructuras del objetivo hasta que dejan de funcionar.
Cada vez se mitigan más ataques DDoS
Sin embargo, los ataques DDoS han estado de capa caída en los últimos años debido a que la mayoría de operadores, CDN y otros servicios relacionados con Internet han implementado nuevos mecanismos para mitigar el efecto de estos ataques, y sobre todo asegurándose de que los sistemas vulnerables a memcached no sean accesibles.
La mayoría de ataques DDoS que han tenido lugar en 2020 han generado un tráfico de alrededor de 500 Gbps. En el primer trimestre, Link11 recibió uno de 406 Gbps. Cloudflare recibió uno en el mismo periodo de 550 Gbps. El más reciente, mitigado por Akamai este mismo mes, fue de 1,44 Tbps.
Sin embargo, esas cifras siguen siendo muy poco comunes, ya que la mayoría de estos ataques suelen ser de media de 5 Gbps. Cloudflare afirma que el 92% de los ataques DDoS que mitigaron en el primer trimestre del año eran inferiores a 10 Gbps, y el 47% eran incluso más pequeños con sólo 500 Mbps.
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